lunes, 24 de marzo de 2014

NEUROPSICOLOGIA

Inicios y orígenes de la neuropsicología
 
La neuropsicología es una rama de la neurología que surge a mediados del siglo XX como disciplina científica, sus inicios se sitúan en el siglo XIX y están relacionados con nombres tan conocidos en neurología como son Broca, Wernicke o en psicofisiología como Flechner.
La neuropsicología surge con la finalidad de estudiar y entender las conductas originadas por algún tipo de lesión en el cerebro, especialmente las conductas relacionadas con el comportamiento o las funciones corticales superiores: memoria, percepción, lenguaje, razonamiento y pensamiento. Desde sus inicios se ha centrado en el campo de los procesos mentales superiores, especialmente con el lenguaje, sin obviar las conductas simples o menos complejas de características motoras.
 
La neuropsicología se origina a partir de diversos estudios médicos relacionados con el sistema nervioso y las perturbaciones en el comportamiento y del lenguaje. Dentro de la medicina una de las ramas que influyó en la aparición de la neuropsicología fue la psicología fisiológica cuyos estudios estaban relacionados con las bases orgánicas de la conducta.
 
El impulsor de la psicología neurológica o neuropsicología fue Luria, al que se le considera el padre de esta nueva disciplina. El interés por los procesos superiores del hombre y su dependencia con el funcionamiento del cerebro le llevó a realizar diversos estudios e investigaciones para poder comprender las bases fisiológicas, neurológicas de las funciones superiores del ser humano. Partiendo de las diversas lesiones cerebrales producidas por bala en los soldados de la segunda guerra mundial fue delimitando una estructura cerebral con funciones localizadas y funciones interconectadas que permitían pensar en el funcionamiento del cerebro como un órgano que funciona con áreas especializadas en funciones, que a su vez están interconectadas a otras áreas que les permite realizar las funciones determinadas o específicas.
 
La localización fija y estática de grandes áreas cerebrales dedicas a una función principal, como el lenguaje, era de esta manera puntualizada y daba origen a lo que se ha venido a llamar la actividad cerebral como un complejo de conexiones diversas que si bien pueden localizarse zonas cerebrales especializadas en conductas, son lo que podemos denominar zonas de microconductas ya que la globalidad o totalidad de la acción de una conducta se produce por la interconexión de varias áreas que la producen.
 
Los orígenes cercanos de la neuropsicología están en los descubrimientos de Broca en el siglo XIX. El interés por los trastornos del lenguaje y especialmente por la afasia se remontan a la antigüedad, en el papiro de Smith, 3.500 a. C., ya encontramos referencia a esta perturbación del lenguaje, y en el Corpus Hippocraticum, 400 a. C., volvemos a encontrar referencias a esta alteración y de forma más sistematizada, y en otros textos y autores en diferentes siglos de la historia de las enfermedades y de la patología y la medicina.
 
Ahora bien, la neurología como ciencia es reciente y pertenece al siglo XX, y la psicología como disciplina científica se inicia en el siglo XIX, por lo tanto las raíces cercanas de la neuropsicología están en el siglo XX, por propia definición de las disciplinas que convergen en ella: neurología y psicología.
En España dos figuras sobresalientes en el campo de la medicina, en neurología son Luis Simarro (1851-1921), neurólogo y psiquiatra, y en medicina e histología Ramón y Cajal (1852-1934), ambos interesados en las bases biológicas del pensamiento o del alma, las neuronas, o mariposas del alma como solía denominarlas Cajal.
La neurología y la psicología: cerebro y mente, los procesos neurológicos como creadores de los procesos mentales o por lo menos como la base para que puedan producirse los procesos mentales complejos.
 
Situándonos en los precursores más inmediatos y nombrados de la neuropsicología y dejando por un momento el laboratorio de la Sâlpetriére con Charcot y sus discípulos y colaboradores, nos centramos en las figuras que suelen nombrarse como iniciadores o precursores de la neuropsicología.
 
 
En 1865, Broca estableció la relación existente entre una zona cerebral y el habla, las bases neuroanatómicas de la afemia, actualmente conocida como afasia de Broca.
 
En 1874, Wernicke presenta sus descubrimientos relacionados con la afasia sensorial que sitúa en el temporal izquierdo y produce la pérdida de comprensión del lenguaje.
 
A partir de estas fechas se inician estudios para hallar las localizaciones de procesos superiores, es la época de los diagramas o localización de áreas de funcionamiento cerebral destinadas a conductas.
 
Jackson, siglo XIX, se opuso a la localización o modelos asociacionistas como los de Broca y Wernicke y propuso un enfoque global para explicar las lesiones cerebrales y el funcionamiento conductual.
 
Luria, siglo XX, se opuso también a los modelos localizacionistas como explicación del funcionamiento global del cerebro.
 
Podemos concluir diciendo que hasta la primera mitad del siglo XX, la neuropsicología estaba centrada en la localización de áreas cerebrales y lesiones que pudiesen relacionarse con déficits conductuales, por una parte y por otra parte en clasificar los trastornos neuropsicológicos.
 
A partir de la segunda mitad del siglo XX, en los años 70, una serie de autores británicos, Marshall, Newcombe, Warrington, Shallince entre otros, centran sus estudios en los procesos cognitivos superiores y las bases o mecanismos cerebrales subyacentes a estos procesos mentales, dando origen a lo que se conoce como neuropsicología cognitiva.
 
El interés fundamental de estos estudios se centra en investigar que sucede cuando un sujeto con lesiones cerebrales se enfrenta a una tarea determinada, qué aspectos están deteriorados y qué aspectos mantienen un funcionamiento normal.
 
La neuropsicología cognitiva parte de los enfoques modularcitas del desarrollo cognitivo, específicamente de las premisas de Fodor (1983) en The modularity of mind, y de autores modularistas como son Marr, Chomsky entre otros.
 
Sus posturas se acercan a las posiciones localizacionistas del siglo XIX, y a las propuestas de arquitectura o diagramas cerebrales.
El postulado de la neuropsicología cognitiva es que existen módulos independientes que realizan funciones específicas y especializadas e innatas. Las investigaciones en diferentes aspectos de los procesos mentales han aportado datos suficientes para considerar la existencia de la modularidad cerebral, módulos específicos de conocimiento y habilidad, como ejemplo clásico se cita las lesiones que producen afasia que afecta a una parte de la tarea del lenguaje pero no a la totalidad del lenguaje.
Lo que significa que una lesión cerebral puede afectar e incluso destruir un módulo específico, lo cual produce alteraciones específicas en una tarea determinada, pero no en toda la tarea.
 
Los módulos de conductas o aprendizaje tienen como base biológica un conjunto de neuronas especializadas en esas tareas, la lesión de un conjunto de neuronas indica o puede indicar el módulo cognitivo deficitario. Los pacientes con lesiones neuronales no pueden recuperarse, en el sentido pleno de la palabra recuperación neuronal y no pueden recuperar las funciones cognitivas-neuronales que dependían de ese conjunto de neuronas, pero sí pueden utilizar "estrategias compensatorias” (Butterworth, 1979) utilizando otros sistemas modulares que compensen las funciones deficitarias, ya que el sistema cerebral funciona globalmente pero con módulos especializados, si un módulo cognitivo está daño podrá activarse ya que los otros módulos o dominios específicos están sanos.
 
Estos enfoques modularistas o de dominios específicos son los que empíricamente están aportando datos que comprueban el funcionamiento cerebral por dominios específicos, actualmente se trabaja con técnicas de actividad cerebral (resonancia, potenciales) que facilitan la localización de lesiones y áreas cognitivas afectadas.
 
Junto con estas líneas de investigación teórica se están llevando a cabo estudios prácticos y clínicos para avanzar en la rehabilitación de los trastornos neuropsicológicos.


Referencias bibliográficas 

- Cambier, J.; Masson, M. Manual de Neurología. Ed. Toray-Masson. Barcelona, 1975

- Junqué, C. y Barroso, J. Manual de Neuropsicología. Ed. Síntesis, 2009
- Luria AR. Neuropsychological studies in the USSR. A review. I. Proc Natl Acad Sci U S A 1973; 70: 959-64
- Rosselli, M.; Matute, E.; Ardila, A. Neuropsicología del desarrollo infantil. Ed. Manual Moderno, 2010.
- Rufo-Campos, R. "La neuropsicología: historia, conceptos básicos y aplicaciones”. Rev. Neurol., 2006; 43 (Supl 1): S57-S58 

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